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ANÁLISIS DE LA ANATOMÍA EN JESÚS FLAGELADO, EL ARTE DE SALVADOR CARMONA

  • cylcofrade
  • 15 mar 2024
  • 4 Min. de lectura


Si te gusta la semana santa, seguro que alguna vez has escuchado hablar de Luis Salvador Carmona, el gran escultor del siglo XVIII, y aunque quizá no dudes de sus grandes habilidades escultóricas y te quedes frente a sus obras un buen rato admirándolas, puede que no entiendas hasta qué punto este hombre nacido en Nava del Rey en 1708, tenía la capacidad para crear magia con sus manos. Sí, magia, porque aunque no lo parezca, se necesita no sólo de una gran destreza manual para crear la maravillosa imaginería que ha llegado a nuestros días, sino también de un increíble conocimiento del cuerpo humano para poder plasmarlo con el mayor de los detalles.


Por eso hoy, desde el punto de vista del magnífico anatomista Miguel Santos del Rey, dejamos claros los puntos clave para que cuando vuelvas a ver en persona esta talla la veas con otros ojos


·       Cuello: vigoroso destacando los relieves de los músculos esternocleidomastoideos, más marcado el izquierdo que el derecho debido a la rotación del cuello. Se visualiza perfectamente la hendidura supraesternal. En la zona anterior del cuello se ve discretamente saliendo la nuez.

 



·       Tronco: Son visibles las clavículas con las fosas supraclaviculares, la hendidura supraesternal, el reborde costal y las crestas iliacas. Destacar la sutileza en el inicio de los pliegues inguinales ya que el paño de pureza está relativamente bajo por debajo de la cintura.

Respecto a la musculatura están bien marcados los pectorales y los fascículos del músculo serrato anterior.

 Es posible que el autor quisiera acentuar el relieve en superficie de los músculos serratos con el objetivo de representar cierta dificultad respiratoria debido a los azotes.

La asimetría del abdomen representa el dinamismo de la imagen siendo el músculo que más destaca el recto anterior que junto con una fina línea alba dotan a la talla de una apariencia atlética.

En la espalda se muestra el relieve de los salientes de ambas escápulas mientras que la línea de apófisis espinosas de las sucesivas vertebras que constituyen la columna vertebral, se encuentra deprimida. Destacan en esta zona los músculos trapecios que parten desde el cuello y del dorsal ancho. El resto de la espalda es liso con la intención de representar la inflamación de esta zona tras los azotes. Es lógico pensar que la espalda es la zona más expuesta a ellos al estar atado de las muñecas.

 



·       Extremidades: las superiores son gráciles, dando la sensación de un movimiento sutil realizado con la serenidad de quien pese al enorme sufrimiento es capaz de perdonar a sus verdugos.

 

Brazo: destacan los relieves musculares del deltoides, el tríceps o la contracción del bíceps.

El antebrazo termina con una muñeca robusta.

Respecto a las manos, son delicadas casi femeninas de largos dedos dotados de fino movimiento en el acto de recoger la capa de la que Jesús fue despojado para la flagelación. Posee heridas sangrantes en ambos codos representando las sucesivas caídas y en las muñecas no se aprecian apenas las ataduras.

A cualquier observador atento no se le escapa el buen estado de las uñas, y la adecuada representación de la circulación venosa superficial destacando de manera extraordinaria en el dorso de la mano consiguiendo un realismo que impresiona.



 

Extremidades inferiores: denotan una musculatura a tensión con músculos muy marcados sobre todo en la cara anterior del muslo pudiendo querer evidenciar la dificultad para adoptar la posición bípeda tras la flagelación.

En la parte posterior del muslo se aprecia bien la musculatura estando bien representado el hueco poplíteo comúnmente denominado “la corva”.

 

En la región anterior a la pierna es evidente la cresta tibial anterior y en la posterior se marcan los tríceps surales y son perfectamente identificables ambos talones de Aquiles.

 

En la parte distal de la pierna se aprecian los maléolos tibial y peroneo. El pie es de una factura perfecta. El derecho presenta una ligera elevación del talón mientras que el izquierdo apoya totalmente sobre el suelo contribuyendo a esa sensación de movimiento. El tipo de pie es griego, es decir, con el segundo radio o dedo, más largo que el primero y la compleja bóveda plantar está conseguida. Los tendones son perfectamente visibles en el dorso del pie y de la misma forma también aquí está excelentemente representada la circulación venosa superficial.



 

·       Cara

De rostro alargado traduciendo un dolor sereno, con marcados pómulos presentando una contusión apreciable en el izquierdo.  Una larga cabellera se pega en la parte alta de la cabeza dando la sensación de que ha sudado. La frente alta y despejada se presenta con marcas de sangre debido a la corona de espinas. La frente termina en su parte inferior en cejas de fino arco. La nariz es pronunciada, larga y estrecha siendo el surco nasogeniano visible.



La sangre que sale de las fosas nasales y la boca entreabierta con los incisivos superiores visibles nos hace recordar la faceta humana de nuestro señor Jesús, dando a entender que existe una dificultad respiratoria y un cansancio extremo.

La mirada, cansada, perdida. Los ojos de la talla de Luis Salvador Carmona es la parte que seguramente más contemplamos todos. Es por ello que el anatomista Miguel no se atreve a describir más lo que le produce.

Piense cada cual lo que la mirada le sugiere. Aquí no valen apreciaciones profesionales, aquí se imponen los sentimientos.

 

Fotografías de Gabriel Alonso García


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